Hoy un grupo de vecinos de Guadalajara hemos querido abrazar
de forma simbólica al edificio más emblemático de nuestra ciudad, el Palacio
del Infantado. Se trataba de reivindicar
el cambio de rumbo que las autoridades competentes están ejerciendo para su uso
y disfrute.
Ha pasado de ser un espacio libre para el uso de todos los
arriacenses a ser un lugar privativo para unos cuantos vecinos que el partido
que gobierna considera que son los únicos que tienen derecho a utilizarlo para
sus fiestas.
Si el resto de ciudadanos queremos
visitarlo será en un horario restringido y tras el pago de 3 euros.
El Palacio es de todos.
Entre sus muros hemos pasado muchas horas estudiando en la
biblioteca usando sus recursos informáticos, escuchando cuentos, asistiendo a una representación de Don Juan
Tenorio y otras actividades
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